Urodinamia en niños

La urodinámica en los niños debe ser claramente diferenciada de esta técnica en los adultos ya que existen importantes diferencias conceptuales y metodológicas, así como de interpretación de los resultados y manejo del paciente. En general los niños son menos colaboradores, prestan menos atención y toleran peor las incomodidades de las pruebas. Algunos autores consideran imprescindible la colaboración del niño para la realización de los estudios urodinámicos por lo que no los consideran indicados en los menores de 4 años; sin embargo, otros autores proponen la realización de estas pruebas incluso en neonatos en los que se quiere valorar por ejemplo la funcionalidad vesical (existe poca experiencia en este grupo de edad).

Con la valoración urodinámica pretendemos reproducir durante el estudio los síntomas referidos por el niño, sin interferir su patrón miccional habitual. Estos estudios urodinámicos están indicados para valorar la funcionalidad del tracto urinario inferior (la vejiga y la uretra) tanto durante la fase de llenado como durante la micción. Las indicaciones más consensuadas son:
  1. Sospecha de obstrucción urinaria de las vías inferiores
  2. Reflujo vesicoureteral
  3. Disfunción neurógena vesicoureteral
  4. Incontinencia urinaria diurna en niños mayores de 4 años; enuresis nocturna en mayores de 6 años.
  5. Síntomas urinarios irritativos: disuria persistente sin bacteriuria, urgencia miccional, etc.
  6. Bacteriuria recurrente y persistente
Antes de realizar las pruebas urodinámicas es imprescindible realizar una completa historia clínica incluyendo los datos referentes al control de esfínteres, y deteniéndonos en una detallada exploración neurológica.

Las técnicas urodinámicas específicas en los niños incluyen: la flujometría, la valoración del residuo postmiccional, la cistomanometría, el test de presión del detrusor/flujo miccional, la videocistografía, la electromiografía de los músculos del suelo pélvico y la medición de la presión uretral. Dependiendo de la orientación clínica no será necesario realizar todas ellas en todos los niños, sino que seleccionaremos las más adecuadas a la patología que queremos estudiar. Algunas de estas pruebas se realizan de modo simultáneo aunque la interpretación de los resultados debe ser individualizada y correlacionada con la edad del niño, su sintomatología y los hallazgos de la exploración física (neurológica) realizada.


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