La vida sexual del paciente con herpes genital

El herpes no significa el fin de la vida sexual...!

El tener herpes implica que deberán hacerse algunos cambios en la forma que una persona expresa su sexualidad. Generalmente, la mayor preocupación recae en la transmisión del virus a otras personas.
Al tomar en consideración qué tipo de actividades sexuales pueden transmitir el virus, recuerde que el virus no debe entrar en contacto con la pareja sana. Por ejemplo, si un hombre tiene herpes en su pene, puede otorgarle sexo oral a su pareja femen|ina (asumiendo que no tiene herpes oral). Esto puede resultar obvio, pero el pensar en las diversas combinaciones de partes del cuerpo y membranas mucosas pueden abrir nuevas posibilidades de expresión sexual si hay síntomas presentes. También puede ayudar a clarificar cuáles prácticas sexuales presentan el mayor riesgo de transmisión a otras personas.

El coito deberá ser evitado completamente en caso de manifestaciones del virus para máxima seguridad cuando una de las personas está infectada y la otra sana.
El dormir en la misma cama que una persona con herpes no transmitirá, por sí mismo, el virus. El virus no se transmite asintomáticamente de partes donde la piel es gruesa, como en las nalgas.
Será mejor usar ropa interior, pijama, o un camisón en la cama durante la manifestación si es probable que haya contacto con las lesiones durante la noche (los viejos hábitos y los instintos sexuales al dormir no se preocupan mucho por el herpes). El demostrar afecto, acurrucarse y abrazar a la pareja es importante durante las manifestaciones para hacerles saber que siguen siendo deseados y amados. Los tiempos de las manifestaciones son oportunidades para mostrar apoyo y cercanía en otras formas además del coito.
En ocasiones, las personas con herpes tendrán dificultades en su desempeño sexual - inhabilidad de lograr una erección, y/o eyaculación precoz en los hombres, o dificultad para alcanzar el orgasmo en las mujeres. A veces estos problemas están directamente relacionados con el temor de transmitir el herpes a su pareja. Si uno eyacula rápidamente, el pene está dentro de la pareja menos tiempo, y el virus tiene menos posibilidades de esparcirse (o al menos así piensan los temerosos).
Al estar enormemente preocupado sobre la transmisión de la enfermedad, será muy difícil concentrarse en los sentimientos, tanto físicos como emocionales relacionados con hacer el amor, y alcanzar el orgasmo.

La clave para resolver estos problemas está probablemente en hablar de ellos de una manera abierta y suave con la pareja involucrada. La buena comunicación es una ayuda de mucho valor.
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